En la aventura de ser padres pedir ayuda puede ser un reto pero también la decisión que te lleve a empezar a disfrutar del camino. 

Los peques son mi debilidad y en terapia con ellos tengo un enfoque lúdico, cercano y flexible donde combino técnicas cognitivo-conductuales más tradicionales con el juego, el movimiento y la creatividad. Por ejemplo, si trabajamos la lectoescritura creeme que no nos vamos a pasar toda la sesión haciendo fichas si no más bien escribiendo en arena, creando historias, cantando y representando obras teatrales dignas del Cervantes.